Para mi entrenar con Husky’s es algo muy especial ya que ahí empecé y sigo aprendiendo, hace casi un año me daba miedo el balón y no tenía confianza para hacer las cosas, sin embargo, me han enseñado a tener confianza y eso no solo me ha ayudado en el básquet, sino que también en mi vida diaria. Yo a Husky’s no lo considero solo un club, somos una familia unida que siempre se apoya.